El pasado 22 de Febrero, un policía sufrió un infarto durante la carga contra los aficionados del Spartak de Moscú antes del choque ante el Athletic. Un miembro del cuerpo de policía de la Ertzaintza ha fallecido en el Hospital de Basurto de Bilbao tras sufrir un infarto durante los incidentes que se produjeron en San Mamés antes del encuentro de Europa League entre Athletic Club y el Spartak de Moscú.
Había alerta máxima en Bilbao porque había medio millar de ultras rusos para el partido.
Y como era de esperar, hubieron lanzamientos de bengalas, de piedras, de botellas o incluso de pelotas de golf. Los ertzaintzas actuaron inmediatamente y hubieron al menos cinco detenciones, además del infarto del ertzaintza de Ermua.
Tras esto, ¿De verdad es necesario usar la fuerza bruta ante cualquier situación?
El fútbol, como cualquier otro evento deportivo se trata de competitividad, competitividad entre equipos. Aún así, la gente la usa para expresar otras cosas. ¿Dónde nace esa necesidad? La necesidad de ser agresivos para defender sus ideas.
Pero, ¿Realmente lo hacen para defender sus ideas?
Hay muchos factores por los que pueden hacer eso y reaccionar así.
Hoy en día la apariencia es lo que reina en todo y es prioritario ante todo. Una de las razones por las que reaccionan así, puede ser esa. Sienten inferioridad, que los demás equipos son mayor competencia que ellos, y actúan así, cuando debería ser al revés. Su único resultado tras usar la violencia es manchar su imagen.
Además de lo anterior, la gente se deja influenciar por el grupo. Si uno lo hace, todos lo hacen. Y si todos lo hacen, yo también.
¿Por qué? ¿Es necesario hacer lo que todos hacen? Cada uno debería defender sus ideas y pensamientos, y basta con que uno empiece a tirar botellas y tiros, para que todos lo hagan. Se llama inconsciencia.
Todo para que salga por televisión, enseñar al mundo como ellos quieren que les vean, competitivos, fuertes y valientes. Pero no es así. De esta manera sólo nos muestran una idea equivocada de su intención, presumir.
En conclusión, esta nuestra sociedad sólo se deja influenciar por los demás, nadie defiende sus ideas y pensamientos. Nadie es diferente, todos son iguales.
Usar la agresividad como algo convencional, habitual, día tras día, no es correcto. Debemos defender nuestras ideas, pero de otra forma. La forma en la que los demás vean que sabemos hacer bien las cosas, con cabeza y sin conflictos.
Debemos pensar, antes de hacer las cosas.
Una pequeña reflexión acerca de cómo pueden terminar estas algaradas y a su vez , hacia donde va el individuo.
Por un lado el que necesita al grupo y se deja llevar.
Por otro el individuo que se queja pero no hace nada.
Por otro el gobierno que consiente estas cosas y es manejado por el interés tanto económico como político.
Todos somos cómplices de esta sociedad.
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